Luis Landero
Es uno de los grandes narradores de la literatura española contemporánea, la aparición de su primera novela Juegos de la edad tardía (1989), fue un acontecimiento en el mundo de las letras y recibió una extraordinaria acogida por parte de la crítica y del público. Galardonada con el premio de la Crítica y el Nacional de Literatura, convirtió a Landero en un nombre fundamental de la narrativa en español.
En esta novela Faroni es un personaje de ficción, luego este aparece más tarde como seudónimo del autor cuando al escribir Quince líneas (1996) decide firmar con este nombre. Landero también se ha dedicado a publicar otras novelas y artículos periodísticos principalmente en el periódico El país.
Un grupo de entusiastas admiradores de la obra de Landero crearon en 1992 el “Círculo Cultural Faroni”, un club literario que convocó un premio Premio Internacional de Relato Hiperbreve entre 1992 y 2000. La editorial Tusquets de Barcelona publicó, en 1996, Quince líneas. Relatos hiperbreves, una selección de 78 cuentos provenientes de las tres primeras convocatorias de dicho premio. En este está el texto firmado por Faroni, un microcuento que es un ejercicio de intertextualidad creado mediante un original ensamblaje de diversas citas o referencias muy breves, pertenecientes a veinticuatro grandes obras de la literatura universal. Esta es "La breve antología de la literatura universal":
(1) Canta, oh diosa, no sólo la cólera de Aquiles (2) sino cómo al principio creó Dios los cielos y la tierra y (3) cómo luego, durante más de mil noches (4) alguien contó la historia abreviada del hombre, (5) y así supimos que a mitad del andar de la vida, (6) uno despertó una mañana convertido en un enorme insecto (7) otro probó una magdalena, (8) otro dudó ante la calavera (9) otro se proclamó melibeo, (10) otro lloró las prendas mal halladas, (11) otro quedó ciego tras las nupcias, (12) otro soñó despierto (13) y otro nació y murió en un lugar de cuyo nombre no me acuerdo. (14) Y canta, oh diosa, con tu canto general, (15) a la ballena blanca, (16) a la noche oscura, (17) al arpa en el rincón, (18) a los cráneos privilegiados, (19) al olmo seco (20) a la dulce Rita de los Andes, (21) a las ilusiones perdidas, (22) y al verde viento (23) y a las sirenas (24) y a mí mismo.
